Un jardín con propósito, la visión cálida de Daniela Arias para Franco

Detrás del nuevo jardín de Franco hay algo más que plantas y flores. Hay una visión profunda sobre cómo los espacios urbanos pueden reconectarnos con la naturaleza y mejorar la vida en la ciudad. Daniela Arias, arquitecta y urbanista especializada en paisajismo, diseñó este jardín con una intención clara: crear un espacio vivo, cálido y funcional, que aporte al ecosistema urbano y a la experiencia de quienes lo habitan. En esta entrevista, Daniela comparte su inspiración, su visión para el futuro del jardín y por qué las ciudades verdes ya no son un lujo, sino una necesidad.

¿Qué hace Daniela?

Soy Arquitecta y me he especializado en paisajismo en los últimos 5 años. He colaborado en proyectos de paisajismo, investigación, regeneración urbana, soluciones basadas en la naturaleza y permacultura. 

Me encanta poder diseñar espacios que permitan a las personas conectar con las plantas, integrando la belleza, la funcionalidad y la sostenibilidad. 

¿Cuál fue su visión para el Jardín de Franco?

Para el jardín de Franco, la visión fue generar un espacio vivo, que vaya a atraer polinizadores, como colibríes, mariposas, abejas, etc, y que aporte al ecosistema urbano. Existió mucha inspiración de los jardines de los patios de las casas en Costa Rica, porque Franco es en esencia una casa. Se buscó que esa calidez y familiaridad se sintiera también en el diseño del jardín. 

¿Cómo te imaginás el jardín de Franco en 1 año? 

En 1 año, me imagino el jardín de Franco, siendo casa para polinizadores, con las plantas más crecidas, frondosas y vibrantes. También lo visualizo como un espacio educativo, con las diferentes especies rotuladas para que las personas puedan aprender sobre ellas e inspirarse a sembrarlas en sus casas. 

¿Por qué las ciudades verdes son tan importantes y necesarias? 

Las ciudades, al ser construidas principalmente con materiales como el concreto y el asfalto, absorben y retienen una gran cantidad de calor y se forman las llamadas “islas de calor”. Es decir, concreto, más concreto, más concreto. Pero si dentro de estas mismas ciudades, empezamos a crear y activar “puntos verdes”, como parques, jardines, huertos comunitarios, balcones verdes, corredores biológicos reactivados y protegidos, se empieza a tejer una red que mejora la conectividad ecológica y que ayuda a mitigar los efectos del calor urbano. Estas intervenciones, contribuyen a avanzar poco a poco hacia una ciudad más verde, más sostenible y más humana. 

Las ciudades verdes son fundamentales, porque permiten que se mantengan diversos servicios ecosistémicos. Principalmente, ofrecen servicios culturales, como el bienestar mental y físico o el valor estético del paisaje urbano) y también servicios de regulación, como mejorar la calidad del aire o facilitar la polinización.

En este contexto, pequeñas intervenciones, como el jardín de Franco o el jardín de una casa, también cuentan. Son aportes valiosos que ayudan a que nuestras ciudades, poco a poco, se vuelvan más verdes y habitables. Estos puntos de respiro no solo embellecen el entorno, también se convierten en refugio para otras especies y en espacios que nos permiten reconectar con la naturaleza y con nuestro propio bienestar. Estos pequeños gestos tienen el poder de transformar la ciudad. 


Zonificáción de las áreas d los jardines:
1. Jardín tropical
2. Jardín melífero
3 y 4. Jardines de mediana Sombra

Next
Next

Economía Local y Franco.