El Cuzuco

Esta joya escondida se encuentra bajo la colina del Dragón y es una de las pocas subregiones de Tarrazú sin recepción telefónica. Después de generaciones de pasión, trabajo arduo y del mayor cuidado posible de sus fincas, Don William no se sentía cómodo vendiendo sus cerezas de café al precio de mercado al final de cada cosecha. Para él, la solución era evidente: agregar valor procesando su propio café. Conseguir un préstamo para comprar un beneficio húmedo —una inversión enorme— era casi imposible. Solo había ofertas con tasas de interés superiores al 14%. Rendirse no era una opción, así que en 2015 decidió continuar vendiendo la parte de menor calidad de su cosecha para mantener el flujo de efectivo y especializarse en el proceso natural con las cerezas de mejor calidad. Fue una decisión audaz, ya que una sobrefermentación podría haber significado un enorme costo económico. Don William nombró su beneficio en honor a su segunda hija, Hellen, quien tenía solo 20 años y lo ayudaba a medio tiempo en esta aventura, ya que la otra mitad del tiempo la dedicaba a ser madre. Encontrar nuevos clientes fue un desafío. Sin embargo, gracias a que lograron producir perfiles de sabor excepcionales e impactantes, la demanda por sus cafés ha superado la oferta. Por estas razones, nos sentimos profundamente honrados y orgullosos de presentarles este hermoso café y su historia de vida.